jueves, 3 de noviembre de 2016

Abuso de menores: Todo lo que deberíamos saber.

Hablar del abuso a menores siempre es algo delicado, ya que se trata de un asunto en extremo complejo donde intervienen multitud de variantes. Esta complejidad y el hecho de que hasta hace poco era un tema tabú para la sociedad, propicia que exista actualmente una peligrosa mezcla de desconocimiento y alarma social, lo que a su vez facilita la aparición de multitud de mitos o falsas creencias que confunden más que ayudan a entender y prevenir este problema. Será necesario pues, hacer llegar la información a todo aquel que la busque. Empezamos por lo básico.

No es raro que se compare a este tipo de abusadores con los violadores de personas adultas, pero de hecho existen muchas diferencias en las formas de actuar y de ser de unos y otros. Los abusadores por ejemplo, son individuos aparentemente mejor integrados en la sociedad, siendo menos evidente que se trata de personas con severos problemas personales. Así mismo, no suelen ser delincuentes habituales, en el sentido de que no tienden a cometer otros tipos de delitos como lo pueden ser los robos y por tanto muchas veces consiguen evitar la encarcelación, los registros policiales y el control judicial. En el caso de los violadores de personas adultas sucede lo contrario, tendiendo estos a ser individuos poco integrados socialmente y a cometer delitos habitualmente, como robos u homicidios.

Incluso dentro de los agresores sexuales de menores podemos encontrar diversos tipos, siendo una de dichas calsificaciones la que distingue entre abusos sexuales simples y la explotación infantil que es una modalidad aún más grave si cabe. En este segundo caso se incluyen aquellas acciones que fuerzan al menor a realizar conductas sexuales con adultos pero por un motivo económico.

También sería conveniente distinguir entre los abusadores sexuales de menores tal cual y los pedófilos. Los primeros pueden verse atraídos normalmente por menores o no, pero de todas formas han cometido el abuso. Los segundos en cambio sí sienten esta atracción habitualmente, aunque esta no tiene porqué expresarse sí o sí en la realidad, pudiendo permanecer toda la vida en el ámbito de las fantasías. Así pues, un pedófilo puede ser abusador o no, y así mismo un abusador puede o no ser pedófilo.



Y ahora que ya hemos comentado lo básico, volvamos al tema de las falsas creencias que antes he comentado. Algunas de las más extendidas son las siguientes:
  • Los abusos sexuales en la infancia son algo poco frecuente: Falso, ya que se calcula que una de cada cuatro mujeres y uno de cada seis hombres han sufrido abusos sexuales durante su infancia. Como vemos, esto no es precisamente algo que suceda "poco frecuentemente".
  • Muchas de testimonios de los menores son mentira: Totalmente falso, ya que las denuncias falsas son menos del 10%, por lo que de cada diez niños que declaren solo uno lo hará en falso, posiblemente influenciado por algún otro adulto que pueda beneficiarse de la situación.
  • Actualmente suceden más casos de este tipo que antaño, siendo este un síntoma de la corrupción moral de la sociedad actual: Falso, ya que si bien es cierto que es desde hace poco que se han empezado a estudiar en profundidad y combatir este tipo de conductas, esto no quiere decir que antes no sucedieran sino que se ocultaban, se encubrían y no se denunciaban.
  • Si se da uno de estos abusos en nuestro entorno, nos daremos cuenta: Lamentablemente suele ser falso, al menos en el mismo momento en que ocurren. La mayoría de abusos se dan en el propio entorno familiar o en todo en un entorno habitual del menor, facilitando esto la ocultación del abuso. Aún así, hasta 3 de cada 10 casos de abuso son cometidos por desconocidos.
  • Las víctimas casi siempre son niñas: Es cierto, pero no a los niveles que muchos suponen ya que en realidad un 40% de las víctimas son niños, casi la mitad.
  • Los abusadores de menores están "locos": Aunque psicológicamente hablando la palabra "loco" no significa nada, pero la mayoría de estos abusadores son individuos aparentemente normales, de inteligencia normal y que no necesariamente sufren psicopatologías que afecten su percepción de la realidad, siendo por tanto conscientes de sus actos. Aún así hay que matizar que es cierto que muchos de estos sujetos tienen una visión sesgada de la sexualidad y de como afectan sus actos a los menores.
  • Los abusos a menores se cometen por la fuerza: Falso, ya que en su mayoría los abusadores usan otros medios, como chantaje emocional, abuso de confianza, engaños, amenazas y trucos.
  • Estos casos se dan solo en los estratos sociales económica o culturalmente empobrecidos: Falso, ya que podemos encontrar casos en cualquier tipo de familias o grupos sociales.
  • A veces son los propios menores los responsables de los abusos: Este no hay por donde cogerlo, siendo en realidad la responsabilidad siempre del agresor. Pongamos un ejemplo complicado, como un menor de quince años que tiene relaciones de algún tipo con una persona de un edad bastante superior. Incluso en un caso como este el único que legalmente tiene una responsabilidad pues se le supone un mayor conocimiento de la situación, es el adulto. No hablemos ya de casos más prototípicos donde la víctima tiene aún menos edad.
  • El menor podría evitar la situación: Verdad a medias, ya que la mayoría de niños son o muy pequeños para entender lo que sucede o bien no poseen información adecuada para reaccionar velozmente. Si tenemos niños a nuestro cargo es buena idea prevenirlos sin asustarlos pero proveyéndoles de información útil al respecto, para que así puedan evitarlo realmente llegado el hipotético momento.
  • Los efectos en la víctima serán muy graves: Sí, merece la pena explicar que la gravedad de los efectos a largo plazo depende de muchos factores, como la detección prematura, la edad de la víctima y la actitud de la familia ante los abusos.

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