jueves, 21 de julio de 2016

Distintas drogas, distintos efectos

Las drogas son uno de esos temas que siempre rondan las conversaciones entre amigos, ya sea para hablar de experiencias, preguntar con curiosidad o cargar contra ellas. Por tanto se dice mucho sobre ellas y esto es paradójico teniendo en cuenta que prácticamente nadie las entiende realmente.

Cada sustancia de hecho es distinta  las demás e incluso las que son derivas de un mismo producto pueden tener propiedades y efectos muy diversos. Hablemos un poco de ellas, pues la información es poder.

Como el principal efecto de las drogas son los cambios en nuestra percepción y procesamiento cognitivo, es apropiado que sean estudios de IRM los que nos muestren como nos afecta cada una de ellas.

Psilocibina (alucinógenos): Esta sustancia es la responsable de la capacidad psicoactiva de muchas drogas y la podemos encontrar en más de 200 especies de hongos, conocidos muchos de ellos como "setas alucinógenas". Al encontrarse de forma natural son una de las drogas más antiguas que se conocen y por ello arrastran una larga historia al haber sido usadas por chamanes, brujos y demás. Quizás por ello las rodea una extraña mística y no son pocos los que los prueban esperando experimentar un viaje astral, la aparición de algún espíritu o ente, premoniciones o simplemente una experiencia extraña que poder contar.


La realidad es que la psilocibina no solo abre puertas oculta en nuestra mente, sino que además las cierra, ya que detiene la actividad en determinadas zonas de nuestro cerebro. Eso si, al hacerlo se activan algunas conexiones en momentos en que normalmente no deberían, lo que produce los efectos anómalos como la sinestesia. Hasta aquí la parte divertida, pues cabe destacar que pese a que no se puede aseverar aún los efectos que pueden tener a nivel neurológico o psicológico permanente, si que es cierto que no son pocos los que relatan experiencias negativas al haber tomado estas sustancias. Son los llamados "malos viajes" donde el consumidor ve seres amenazantes, peligros por doquier y su mente entra en un estado de alerta intenso pues esta aumenta con la confusión al ser los estímulos recibidos totalmente caóticos, impredecibles y muy reales. Reales no en el sentido de que existan sino que al ser creados por la propia mente del consumidor difícilmente este puede distinguir la realidad de lo ficticio. Al fin y al cabo es muy complicado discutir con uno mismo.

Marihuana: Los archiconocidos "porros". El cannabis produce cambios importantes en el cerebro de quienes lo consumen, además de los cambios que produzca el tabaco con el que casi siempre suele ir de mano. Esta sustancia afecta a la corteza orbitofrontal, encargada de procesar las emociones, empequeñeciéndola aunque aumentando las conexiones en esta zona. Aunque esto parezca contradictorio, parece ser que el segundo efecto es un intento de nuestro cuerpo por compensar las conexiones perdidas. El consumo habitual acaba generando dependencia y aunque esta tarda más que con otros sustancias, su uso es tan habitual que poco a poco se puede ir apoderando del consumidor, afectándole a nivel psicológico y físico, pues no olvidemos que normalmente se consume fumada.


Cocaína: Derivada de las hojas de coca. Una droga muy potente y peligrosa, pues tarda apenas unos segundos en hacer efecto. Genera una sensación muy intensa de euforia y energía, al aumentar antinaturalmente la dopamina presente en nuestro sistema nervioso. Lógicamente este efecto hace que sea extremadamente adictiva, y para que nos hagamos una idea de hasta que punto esto es así, cuando se ha testado en animales de laboratorio estos dejan eligen siempre la cocaína antes que la propia comida hasta llegar al punto de morir de hambre.

Además, estas sensaciones quedan registradas muy intensamente en nuestra memoria, pues las emociones son el principal factor para crear memorias duraderas (por eso recordamos mucho mejor las sensaciones que tuvimos en ciertos momentos que los detalles en otras que vivimos sin más, sin alegría o tristeza) y es por ello que el consumidor puede quedar enganchado de tal forma que solo con mencionar la sustancia le pueden entrar ganas, con lo cual los traficantes lo tienen muy fácil para venderla a un cliente que repite. Supongo que de ahí viene la frase "la primera es gratis".


Por supuesto, habría que hablar de los cambios a nivel físico que son muy importantes y graves, con lo cual peligra la vida del usuario con cada toma, sobretodo teniendo en cuenta que se suele mezclar con otras sustancias. En general, el consejo es evidente: No toméis cocaína.

Quedaría hablar de otras muchas sustancias pero prefiero dejarlas para otra entrada bien por ser tan conocidas y con tanta historia que merecen ser explicadas a parte (alcohol, heroína), bien porque son de reciente creación o poco conocidas y sería necesaria una explicación más detallada (desomorfina o krokodil).

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