miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿Sabías que... la lengua materna nunca se olvida?

Más de uno dirá que eso ya lo sabía y sin embargo no son pocos los casos que se conocen de gente que por diversas razones emigra a regiones donde su lengua originaria no se habla habitualmente y la acaban perdiendo... bueno, hasta cierto punto.

Del aprendizaje de idiomas sabemos muchas cosas, como que es el cerebro el que crea representaciones de los estímulos sonoros que le llegan y las va componiendo hasta que crea el patrón que conocemos por el nombre de lenguaje. Sin embargo hasta hace relativamente poco los investigadores no tenían claro si este patrón podía llegar a perderse por el desuso o bien permanecía para siempre ahí. Ahora sin embargo ya podemos confirmar que esas representaciones neuronales tienen un carácter persistente y resisten el paso de los años aún si no se usan.

Hace aproximadamente un año se publicaba en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) un estudio al respecto. Tomando como sujetos de estudio a 48 niñas adoptadas por padres que hablaban una lengua distinta a la que les era propia a las pequeñas, se descubrió que el cerebro humano  reconocía el idioma materno incluso al pasar tiempo sin usarlo.

La base teórica del experimento es que el aprendizaje del lenguaje ocurre incluso cuando los niños aún no saben hablar. Aunque no hayan dicho aún una sola palabra, registran el idioma que escuchan en sus primeros días.

Vale la pena destacar que las niñas tenían una edad de entre 9 y 17 años cuando se realizaron las mediciones. También se diferenció entre ellas según el uso que le habían dado a su idioma de origen desde el nacimiento:
  • Monolíngües: Nunca llegaron a escuchar su idioma de origen.
  • Adopciones tempranas: Antes de cumplir los 3 años, por lo que nunca llegaron a usar la lengua materna.
  • Bilingües: Aprendieron los dos idiomas.

Lo sorprendente del estudio es que los investigadores encontraron que las niñas del grupo bilingüe y las que fueron adoptadas antes de los tres años, tuvieron reacciones en sus actividades cerebrales muy similares cuando escuchaban dicho idioma materno. Por supuesto, el grupo que no había escuchado nunca ese idioma, no tuvo dicha reacción neuronal.

Los propios investigadores recalcan la utilidad del estudio no solo al señalar las ventajas que puedan tener quienes quieren volver a aprender un idioma que ya conocían, sino también para entender mejor como consigue el cerebro tener esa plasticidad tan característica de los niños para aprender los primeros sonidos que experimentan y determinar que forman un lenguaje.

lunes, 7 de diciembre de 2015

La Constitución Española, sus principios y los derechos que confiere a los ciudadanos.

Ayer mismo fue el aniversario de la Constitución, y no veo día mejor para revisar un poco la llamada Carta Magna, sobre todo desde el punto de vista que más afecta directamente a los ciudadanos: los principios generales y derechos fundamentales. Y así aquellos que estén estudiando oposiciones pueden repasar este tema, que siempre aparece en todos los temarios, tanto nacionales como a nivel local.

La Constitución, la de 1978 (ha habido otros muchas, por supuesto) es la norma suprema actual del ordenamiento jurídico, a la que por tanto hemos de someternos todos, tanto los poderes públicos como nosotros los ciudadanos.

El día 6 se celebra su aniversario, tomando referencia el día en que fue ratificada, pero en realidad para que viera la luz hizo falta un proceso complejo. Primero se dio una ponencia constitucional que redactó el borrador, luego las Cortes Generales aprobaron el texto. En un referéndum nacional el pueblo español la ratificó, siendo luego el Rey quién la sancionó y promulgó. Finalmente se publicó y solo entonces entró por fin en vigor. Es interesante ver que simbólicamente participaron en su creación tanto el poder legislativo, como los ciudadanos y el Rey.

El resultado es una Constitución cuyas características definitorias son su rigidez, consensuada, su origen popular, su texto necesitado de ampliación y pese a ello su extensión. Es por todo ello que tenemos un texto que muchas veces parece requerir una actualización/ampliación y que pese a ello, está blindada contra cualquier cambio importante.

En su primer artículo ya quedan definidos sus valores nucleares: España se configura como un estado social, democrático y de derecho, que tiene por valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

La libertad y la igualdad por cierto, deberán ser promovidas por los poderes públicos, de manera que estas sean reales y efectivas (si esto a día de hoy es así o no, ya lo dejo al juicio de cada uno).

A continuación, listaré algunos de los derechos y libertades recogidos en el Capítulo 2º el Título 1º, comentándolos brevemente. Nótese que esta lista no está completa, pues prefiero explicar ciertos derechos ampliamente en vez de sólo mencionarlos todos.

  • Derecho a la vida y a la integridad física y moral: Este derecho es la manifestación expresa de que todos tenemos como derecho primordial nuestra propia vida, sin que nadie pueda legalmente acortarla ni menoscabar nuestra salud física o psíquica. Es por ello que a día de hoy no hay penas basadas tratos inhumanos como la tortura o la muerte.
  • Libertad ideológica, religiosa y de culto: quisiera al respecto comentar que todos tenemos libertad a pensar y creer en lo que queramos, no obstante a priori queda prohibida toda acción que imponga al resto de individuos nuestra forma de pensar. Este es un punto de conflicto pues muchas veces los grupos religiosos tienden a querer imponer sus creencias sobre otros enarbolando su “verdad” como argumento.
  • Derecho a la libertad y a la seguridad: Este es simple. No se puede detener/retener a alguien sin motivo. En caso de ser necesario por indicios de haberse cometido algún delito, el detenido pasa inmediatamente a disposición judicial. También hay otros casos en que se puede dar esa limitación de libertad, como por ejemplo en casos donde sea necesario para garantizar la integridad de la persona o de quienes le rodean. Esto se refiere normalmente a trastornos mentales que puedan ser peligrosos en algún sentido. Se trata de una forma de "detención regular de un enajenado" prevista en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y amparada por el Tribunal Constitucional.
  • Derecho al honor, la intimidad personal y familiar y a la propia imagen: Este derecho protege la imagen personal de los ciudadanos, garantizando que nadie puede difundir datos falsos o inmiscuirse en su vida privada. Por supuesto, este derecho se desarrolla en otras leyes. Relacionado con este derecho está el de Secreto de las Comunicaciones, que garantiza protección contra las escuchas ilegales. Obviamente hay excepciones a estos principios, sobre todo cuando sobre los implicados recaen sospechas de haber cometido ciertos delitos.
  • Libertad de expresión: Se divide en libertad de creación literaria, artística, científica, técnica, de cátedra, de comunicar y de recibir información. Básicamente se entiende que todos podemos crear material artístico o científico a nuestro criterio, siempre que no difundamos información falsa haciéndola pasar como verdadera. Lo mismo se aplica a la parte que otorga libertad de cátedra.
  • Derechos de reunión, asociación, participación política, sindicación, de huelga: todos ellos son una expresión el carácter social de la humanidad. Buscamos siempre agruparnos con nuestros semejantes, ya sea para participar en actividades de ocio como para defender nuestros derechos, nuestras ideas y buscar que los poderes políticos las representen.
  • Derecho al principio de legalidad: Que entre otras cosas, dicta que las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad se orientan hacia la reeducación y reinserción social. Relacionado con esto encontramos a los psicólogos de servicios sociales, los psicólogos forenses y los que trabajan en entornos penitenciarios.
Posteriormente se desarrollan otros derechos y deberes de los ciudadanos:
  • Deber de defensa: Aunque se cita el derecho a la objeción de conciencia, sigue existiendo este deber. Actualmente, podría ser discutible si su redacción se ajusta a la realidad política e ideológica del país. Una vez, os dejo pensando en ello, y posiblemente algún día me extienda en ello.
  • Derecho de hombres y mujeres a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica. La ley deja al desarrollo de una ley posterior los detalles de este derecho. En lo personal, algún día me gustaría ver este artículo actualizado de tal forma que hiciera referencia a las personas, en lugar de a cada sexo por separado. 
  • Derecho y deber al trabajo: Este artículo es el que debería impulsar todas las políticas del gobierno para que todos los ciudadanos tengan un trabajo, pero por desgracia como ya sabemos tal cosa dista mucho de ser una realidad efectivamente.
  • Regulación de la ley del régimen jurídico de los colegios profesionales i del ejercicio de profesiones tituladas: Este artículo es la base sobre la que se sostiene la creación de los colegios oficiales como el de psicólogos, que estructura y ordena el funcionamiento de nuestra profesión.
Y con esto, acabamos nuestro repaso a la Constitución, desde el punto de vista de un opositor de psicología.

martes, 17 de noviembre de 2015

Lo que nunca nos cuentan sobre el experimento de Stanford

Quizás os suene de algo, y cuando digo quizás es que con toda probabilidad habéis oído alguna vez algo sobre este experimento. Y si no, descuidad:
https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_la_c%C3%A1rcel_de_Stanford

¡Alabada sea la Wikipedia!
La popularidad de este experimento es tal, que ha inspirado varias películas, capítulos de series, relatos escritos, etc. Y no es para menos, la verdad.

El experimento arranca con una premisa muy básica: Si te tratan como a un preso, te conviertes emocional, física y psicológicamente en un preso. Tu identidad previa se anula y queda sustituida debido a los repentinos cambios en tu ambiente. Lo mismo se aplica para cualquier otro papel que se adjudique al sujeto con suficiente intensidad.

En 1971 (en pleno Agosto, con todo el calor) nueve californianos se vieron involucrados en el famoso experimento de Stanford. Resumiendo, Philip Zimbardo, un psicólogo social, enroló a 21 estudiantes en un curioso experimento, asignando a cada uno de ellos un papel al azar, bien como guardias o como presos. Tras ello, entraron dentro de una falsa cárcel y allí, en pocos días (se pretendía llegar a las dos semanas pero a los seis días se tuvo que dar por terminado) y de forma espontánea empezaron las agresiones verbales, las torturas y como es lógico, los motines de los presos. La conclusión de Zimbardo es que debido a la situación y roles adjudicados, los sujetos se transformaron, a efectos prácticos, en presos y guardias.

Dicho experimento tuvo tanto éxito que viene referenciado en la práctica totalidad de los manuales de psicología social. Cualquier estudiante de psicología te podrá hablar del evento en cuestión, seguramente debatiéndose entre la fascinación y el puro horror ante la capacidad que tiene una persona cualquiera para convertirse en un monstruo.

Estos hechos se suelen citar cuando se habla de abusos por parte de las fuerzas policiales o militares. Y aunque este sería un fenómeno digno de analizar, lo dejaremos para otro día. Hoy me gustaría ahondar más en el tema Standford, pero no en la historia que ya conocemos, para eso pueden leer cualquier manual o artículo de psicología que hable del tema.

La interpretación de los resultados por parte de Zimbardo, y esto es algo de lo que se puede hablar muchísimo, han sido puestas en duda muchas veces ya. Las primeras críticas no tardaron en llegar, de la mano de Banuazizi y Movahedi quienes aludieron a la mismísima presentación del experimento, la cuál según ellos predisponía a sus participantes a asumir sus papeles pertinentes. Se les preparaba por ejemplo, para tratos opresivos y hostiles, con lo que los presos esperaban malos tratos desde el inicio.

Además por aquellos años se destapaban continuamente casos de abusos y brutalidad por parte de los guardias hacía los presos en cárceles reales de E.E.U.U (siendo este uno de los motivos de Zimbardo para realizar el experimento) con lo cual queda aún más claro la idea previa que tendrían los sujetos sobre lo que podían encontrarse en aquel simulacro.

También son importantes las instrucciones recibidas por los guardias. Los presos fueron detenidos de una forma intencionalmente humillante, desnudándolos, cacheando hasta el último rincón de su cuerpo, poniéndoles un uniforme y grilletes en sus tobillos. Como años más tarde Zimbardo admitiría, él tuvo un papel más directo de lo que se dijo en aquel entonces, efectuando el papel de director de la prisión y ejerciendo como tal para que los guardias lo vieran como una figura de referencia (que evitaba conscientemente coartar cualquier impulso violento que tuvieran los sujetos). El silencio de Zimbardo fue posiblemente interpretado como aprobación.


Años más tarde, Carlo Prescott escribiría una carta a un periódico local donde confesaría arrepentirse profundamente de haber participado en aquello, e incluso acusó a Zimbardo de haber manipulado el comportamiento de los guardias para producir los resultados buscados. No es el único de los involucrados que ha dicho algo similar.

No podemos finalizar nuestro análisis del experimento sin detenernos un momento en la metodología del mismo, pues un experimento con una mala metodología queda totalmente invalidado. Para aquellos acostumbrados al entorno científico resultará sencillo comprobar la total ausencia de dobles ciegos, grupos control, controles de variables, etc. También se lo ha criticado por problemas de generalizabilidad, validez ecológica, sesgo en la selección de participantes y problemas éticos, entre otros. Como mínimo es para dudar un poco de los resultados obtenidos.

Y hubiera quedado en eso, dudas, si no hubiera sido por que en el año 2002 se llevó a cabo de nuevo el experimento. Haslam y Reicher tuvieron el honor de realizar un experimento similar, pero con un mejor control del mismo, aunque posiblemente esta repetición de la jugada os suene menos y es debido seguramente a que es bastante menos impresionante, ya que los resultados no fueron ni remotamente similares.
Comparando ambos experimentos, no es de extrañar que el original no fuera publicado en ninguna revista de psicología social con cierto prestigio, pero aún así a Zimbardo se le sigue citando en discusiones serias de sociología y psicología, así como en los pertinentes manuales.

Para aquellos que sientan curiosidad por saber como diantres llegó entonces a ser tan conocido el dichoso experimento de Standford, nos toca investigar lo que pasó dos meses después de realizarse el mismo, antes de que se pudiera haber hecho cualquier análisis en condiciones. Sucedió que Philip Zimbardo fue invitado como experto en la llamada "comisión para la reforma de prisiones" del congreso estadounidense.

Allí, Zimbardo explicó su investigación y por lo visto la supo vender muy bien. Describió a sus colaboradores como los mejores en sus respectivos campos, así como también dijo que guaridas y presos no recibieron instrucciones concretas y que eran libres de crear sus propias reglas para la convivencia entre ambos grupos, entre otras cosas.

La conclusión que dio a la comisión fue que los participantes en conjunto, no habían sido capaces de diferenciar entre el rol que se les adjudicó y su personalidad anterior, de forma que se habían visto atrapados por las circunstancias, desatando el lado más oscuro de la naturaleza humana.

Si, habéis leído bien: Efecto Lucifer
Esta actitud por parte de Zimbardo seguiría igual durante mucho tiempo y tal fue el impacto que causó que cuando al fin se publicaron análisis serios sobre el experimento unos dos años más tarde, con las citadas críticas, ya era demasiado tarde como para lograr extirpar del imaginario público la imagen del ser humano desalmado y totalmente controlado por las circunstancias.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Psicología XD o "¿Por qué nos reímos?

Todos tenemos un amigo que se ríe por cualquier cosa, o un conocido que hace chistes que sólo él entiende. Si nos detenemos a pensarlo, es curioso lo distintos que somos unos de otros en cuanto a humor se refiere y no es de extrañar ya que son muchos los factores que influyen en ello.

Aunque nos parezca increíble, estos factores no son solamente ambientales, sino que recientes estudios parecen afirmar que nuestra genética tiene bastante que ver en ello. Mejor tenerlo en cuenta la próxima vez que alguien no se ría de nuestras bromas.

Parece ser que una variación del gen 5-HTTLPR, regulador de la serotonina, es el causante de nuestras expresiones positivas, como reírse, las sonrisas, etc.
¡Misterio resuelto!
Bueno, bueno, pero tan sencillo no iba a ser... los entresijos de la mente humana tienden a ser mucho más enrevesados. A día de hoy existe aún debate al respecto del origen del humor. En primer lugar, tenemos a los científicos que creen que las diferencias entre individuos se producen por variaciones del ADN como la mencionada (sentido del humor innato), mientras que otros estudiosos opinan que el humor se trata de un rasgo aprendido que se ve influido por el entorno (humor adquirido). Como suele pasar en estos casos, es muy probable que acabe siendo cierta la tercera opción: que todos tengan razón, al menos en parte.

De echo, los datos empíricos parecen indicar que la genética nos da un potencial y que luego este se desarrolla según nos trate la vida. No es sólo que seremos más risueños o menos, sino que nuestro conocimiento de ciertas materias nos predispone a percibir como gracioso un estímulo concreto (lo cual explica los inside jokes o bromas privadas, que se dan dentro de un grupo concreto de gente).
Hay casos extremos, algunos podemos acabar quedándonos sin respiración de tanta risa que tenemos mientras los otros nos miran y se preguntan que hacemos ahí en el suelo tirados y con ese color morado tan raro.
Pero hay un elemento clave que hay que tener en cuenta. Que una cosa nos haga gracia o no solemos decidirlo según lo que nos sorprenda. Un chiste o broma funciona de la siguiente manera:
-Se presenta una situación concreta.
-Se crea una situación que debe resolverse.
-Se resuelve, pero de una manera coherente con el  resto del discurso, pero que no esperamos, pues no es lógica. 
-Nos sorprendemos y reaccionamos con la risa.

Un chiste de ejemplo: "Van dos en moto y se cae el de en medio". Si nunca lo hemos oído antes, es posible que nos riamos ante lo absurdo de la situación. En cambio si ya nos lo sabemos, se pierde ese factor sorpresa y la risa va perdiendo intensidad, hasta que no ocurre siquiera. Por supuesto todo esto ocurre tras un raudo análisis mental, con lo que si nos resulta ofensivo no nos hará gracia... aunque a veces nuestro inconsciente nos traicione y nos reímos, para luego sentirnos culpables.

Por último, es posible que un chiste o broma sea muy conocido pero nos haga igualmente gracia. Si en su momento nos gustó mucho, es posible que evoque recuerdos y junto con ellos revivimos esa sensación que nos produjo la primera vez. Y en esto se basan los chistes recurrentes. Y con esto, terminamos por hoy.

-Venga lectores, a casita.
-Ya estamos.
-¡Qué rápidos somos!


miércoles, 21 de octubre de 2015

Psicopatología: Ortorexia o cómo hasta los hábitos más sanos pueden ser peligrosos.

Una regla de oro que se cumple en la práctica totalidad de los trastornos psicopatológicos es que se trata de conductas, actitudes o pensamientos que son llevados al extremo. Estos elementos se encuentran en todos los seres humanos en mayor o menor medida, pero cuando su intensidad llega a ser excesiva es cuando comienzan los problemas.
La ortorexia es un buen ejemplo de lo dicho, ya que se trata de un trastorno nervioso que afecta a la alimentación, en concreto a la preocupación por comer sano. Quienes padecen este trastorno viven obsesionados con alimentarse tan sólo con comida "sana, pura o no contaminada". Cuando hablamos de obsesión, nos referimos a que invierte una cantidad de tiempo, energía e incluso recursos económicos exagerada. Llegarán hasta el punto de rechazar comida que los estudios y expertos en alimentación consideran sana si la consideran no apta. Para rechazar dichos alimentos usarán cualquier argumento por muy seudocientífico o ilógico que sea, como por ejemplo que cierta fuente diga que esa comida es perjudicial. Da igual que esa fuente se demuestre poco fiable, ya que la mera duda que les genera hará que ya no quieran ingerir los alimentos "dudosos". 
Esta forma de ver el mundo tan dogmática, es una de las bases de muchos otros trastornos similares, como la vigorexia. La realidad es que lo que más nos conviene es tener una dieta equilibrada, con todos los nutrientes necesarios, hacer ejercicio físico y tener hábitos que no nos expongan innecesariamente a enfermedades. Las personas afectadas por trastornos obsesivos basados en aspectos de la salud llevan sin embargo esta preocupación al extremo, llegando paradójicamente a la desnutrición, ya que rechazan esos nutrientes necesarios.

Por supuesto, no hay que confundir esta patología con la decisión personal de seguir ciertas dietas, ya sea por convicción moral, por salud o por querer cambiar en alguna forma nuestro físico, siempre y cuando esas dietas no lleguen a convertirse en perjudiciales para quienes las llevan a cabo.

jueves, 1 de octubre de 2015

Psicopatología: El vocabulario nos protege.

A estas alturas todos conocemos, aunque sea de oídas, lo que es la demencia. Conforme más conocemos sus efectos más miedo nos da, pero también sabemos mejor como nos podemos proteger frente a ella. Algunos estudios recientes por ejemplo, nos indican que tener un buen vocabulario es un factor protector frente a esta enfermedad.
Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela han estudiado como influye este fenómeno en nuestra reserva cognitiva (la capacidad del cerebro para compensar la pérdida de funciones).

Se tomó el vocabulario como un indicador de la inteligencia cristalizada. Dicha inteligencia representa la capacidad en habilidades que el sujeto ya ha aprendido anteriormente). Se usó una muestra de 326 personas, todas mayores de 50 años. 222 de ellos estaban sanos, mientras que 104 individuos padecían deterioro cognitivo.

Entre otras cosas se tomó nota de los años que habían estado escolarizados, la complejidad de los empleos que habían tenido, sus hábitos de lectura y por supuesto su nivel de vocabulario. Para todo ello se usaron varias pruebas como el WAIS (Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos) y el test de vocabulario de Peabody.

Los resultados indicaron que existían más probabilidades de deterioro cognitivo ligero en quienes tenían un menor nivel de vocabulario. La conclusión de los investigadores es que a más vocabulario, más reserva cognitiva y más protección frente al deterioro.

Ya sabíamos la importancia de cultivarse y aprender cada día más cosas, pero ahora también sabemos que es importante por más cosas de lo que creíamos. Siempre recomiendo que la gente invierta el tiempo que tenga libre en leer (novelas, estudios científicos, revistas, blogs, etc.), pero a partir de ahora tendré una razón más.

martes, 21 de julio de 2015

Psicología del Aprendizaje: ¿Cómo aprendemos?

¿Cómo aprendemos? Esta es una de esas preguntas que están la humanidad se hace desde hace muchos, muchos años, y que sin embargo sigue sin tener una respuesta clara. Como muchos otros temas en psicología, neurociencias y las demás ciencias que estudian como funciona la mente humana, no podemos responder a esta duda de forma clara y concisa. En este y otros temas hemos avanzado muchísimo desde que empezamos a investigarlos, pero la mente humana, al igual que el universo, es inmensa en cuanto a las dudas que plantea y su complejidad. Aún así, hay ciertas que sabemos y que nos pueden resultar muy útiles.

  • Una imagen vale más que mil palabras: A nuestro cerebro le gusta aprender de forma visual, de ahí que nos gusten tanto los medios audiovisuales (televisión, vídeos en internet...). No hay más que ver cuantos tutoriales hay en YouTube, es prácticamente seguro que si buscáis uno sobre casi cualquier tema allí lo encontraréis. Esto parecía bastante obvio pero siempre es necesario confirmar lo que intuimos usando el método científico, pues a veces la intuición nos falla. Además, atendemos más a las imágenes en movimiento que a las estáticas, así que quienes trabajen el el mundo educativo deberían aprovechar los medios que la tecnología por suerte nos brinda hoy en día.
  • General mejor que detalle: Algunos encontraran esto raro, pero aprendemos mejor cuando nos fijamos en el todo y no en los detalles, al menos en el primer vistazo. Se trata de una tendencia natural que nos ayuda a entender el contexto para luego pasar a los detalles menores, pero a veces puede ser un lastre cuando intentamos abarcar muchos datos de un plumazo. Una buena forma de convertir esa dificultad en una ayuda es, según los expertos, realizar un esquema de lo que hemos de aprender. Primero será sencillo y luego iremos añadiendo más y más datos, de modo que veremos los detalles y el todo al mismo tiempo, aprendiendo más y mejor.
  • Descansar es esencial: Otro dato que en realidad todos conocemos, pero muchos no aplicamos a nuestro día a día. La noche antes de un examen, lo último que nos conviene es estudiar en lugar de dormir. Esto es así ya que está más que demostrado que al dormir las horas necesarias nuestro aprendizaje mejora de forma muy significativa. Es como si ese descanso potenciara lo aprendido antes. Es más, incluso hacer la siesta después de una sesión de estudio mejorará lo que aprendemos. Los beneficios de dormir respecto al aprendizaje no acaban aquí, ya que haber dormido bien antes de aprender es necesario para que se consoliden bien esos conocimientos. Estos beneficios por cierto, se aplican tanto al aprendizaje cognitivo como motor, así que no tienes excusa para no dormir las horas que te tocan.
  • Por otra parte, y como puede resultar obvio, si no dormimos suficiente aprendemos peor. Pero no sólo esto, es que además las consecuencias negativas de no dormir van mucho más lejos. Por ejemplo, nuestra capacidad cognitiva cae en picado hasta que volvemos a dormir, llegando al punto de que no dormir en las 30h después de haber aprendido algo puede llegar a anular dicho aprendizaje. Por ello volvemos a lo que decíamos antes, la noche anterior al examen, mejor dormir bien (entre 7 y 9 horas).
  • Aprender enseñando: Esto seguro que lo habéis notado. Ya sea escribiendo un blog sobre lo que te gusta o explicándoselo a tus amistades, cuando trasmitimos una información la aprendemos mejor que si simplemente la estudiamos y nos la guardamos para nosotros mismos. Por lo tanto, no tengáis pereza de ayudar a vuestros compañeros, a la larga os puede resultar bastante útil.
  • Lobo solitario: Dicho lo anterior, hay que hacer un inciso, y es que aprendemos mejor solos que cuando nos ayudan. Esto ocurre debido a que invertimos más tiempo y esfuerzo en aprender cuando lo hacemos solos, equivocándonos y rectificando. Eso sí, es mucho más cansado, tardaremos más y tendremos que esforzarnos el doble. Digamos que para aprender algo, mejor sólo o con la ayuda justa. Sin embargo para obtener resultados rápido y ser eficientes, el trabajo en equipo es la clave (por ejemplo en un contexto empresarial).
  • Intercalar aprendizajes: Por último, sabemos una cosa del aprendizaje que todos podríamos aprovechar y pocos lo hacemos. Resulta que aprendemos mejor si estudiamos intercalando materias. Este método se llama estudiar en bloques y se basa en alternar entre un aprendizaje y otro, lo cual hace que nuestro cerebro no pierda interés y aprenda mejor. Nuestra mente siempre busca patrones nuevos, estímulos que le llamen la atención, así que la hipótesis al respecto nos dice que al cambiar entre tipos de estudio nuestro cerebro detecta estos nuevos patrones y así se mantiene alerta. No sólo sirve este método para intercalar por ejemplo matemáticas con lengua, sino que también podemos alternar entre tipos de actividad, como escribir, leer, escuchar lecciones grabadas, hablar sobre el tema, aprendizaje motor, etc. De esta forma también podemos mantener la atención mientras estudiamos todo el tiempo un mismo tema. 
¡Espero que saber todo esto os ayude mejorar vuestro aprendizaje!


domingo, 28 de junio de 2015

Sexología: Los beneficios del tratamiento de la transexualidad

Con toda la investigación al respecto, cada vez son más evidentes los beneficios de tratar a tiempo a quienes padecen la llamada disforia de género. ¡Ojo! Que nadie entienda mal lo que esto significa. Cuando hablo de dicho tratamiento no hablo falsas terapias impartidas por gente con ideas ancladas en el pasado cuya idea de solucionar el problema es "quitarles de la cabeza" a estas personas eso de cambiarse de sexo. No, aquí estamos hablando de la pertinente toma de hormonas y la cirugía de reasignación de sexo.

Para el que esté un poco perdido en el tema, hablamos de personas que no se sienten identificados con el sexo biológico que les ha tocado, lo cual genera un gran sufrimiento en ellos acrecentado muchas veces por el propio entorno social, familia, amistades, etc. Por supuesto, no hablamos de un mero capricho, nos encontramos en realidad ante una problemática muy compleja que por todo lo mencionado tiende a provocar además efectos tales como depresión y ansiedad.

Sin que resulte a mi juicio muy sorprendente, un reciente estudio nos confirman que el tratamiento temprano de este trastorno previenen y revierten en gran medida los efectos adversos citados. Este era un resultado esperado ya que la mayoría de padres interpreta que sus hijos están solo atravesando una fase y no les brindan su apoyo hasta que crecen y las depresiones e ideaciones suicidas aparecen, por lo que un tratamiento a tiempo puede evitar esas consecuencias.

En el citado estudio participaron 42 niños de los cuales más de la mitad presentaban depresión, ansiedad, conductas autolíticas e incluso trastornos psiquiátricos. El tratamiento usado en en estos niños y niñas no fue siempre el mismo, ni empezó en la misma edad para todos, pero tuvo como edad media los 16,5 años en el caso del uso de hormonas y 17 años en el caso del cambio de sexo.

Aquí lo importante en todo caso, y lo que me gustaría resaltar es que hasta ahora ninguno de ellos se ha arrepentido de haber iniciado el tratamiento y el seguimiento psicológico que se les hizo revela que los trastornos como la depresión, ansiedad y las ideas autolíticas mejoran en un mínimo de dos tercios de los pacientes.

Resulta evidente, que pese a que poco a poco nuestra sociedad empieza a ser consciente de lo que la disforia de género significa, aún nos queda un largo camino por recorrer. Estudios como este deberían servir para que todos nosotros vayamos abriendo los ojos para ver la realidad a la que nos enfrentamos y como está en mano de todos lograr un mundo mejor.

domingo, 14 de junio de 2015

Motivación y Emoción: La disonancia cognitiva

Hoy quiero hablaros de un proceso psicológico del seguramente muchos ya habéis oído hablar: la disonancia cognitiva. Este concepto se refiere a cuando tenemos al mismo tiempo dos deseos o creencias irreconciliables entre si, o bien una conducta que entra en conflicto con nuestra forma de pensar. Parece algo que debería pasar mucho pero el caso es que nos sucede continuamente, pensad si no cuando queremos llevar una dieta y no lo conseguimos, queremos hacer ejercicio pero no somos constantes, sabemos que deberíamos estudiar pero nos entretenemos en otras cosas.

Cuando deseamos algo o actuamos de una forma que, se enfrenta a nuestras propias creencias se crea una tensión psicológica que tarde o temprano deberá ser resuelta. Leon Festinger fue el primero en escribir sobre este concepto en 1957, en su libro A theory of cognitive dissonance y en su obra hablaba sobre el estrés que este fenómeno genera en el ser humano. Según este autor, cuando esto nos ocurra, intentaremos sentirnos mejor y para ello tenemos varias posibilidades:

  • Modificar o eliminar la conducta conflictiva.
  • Restar importancia a las acciones o pensamientos contradictorios.
  • Crear un pensamiento nuevo que elimine la disonancia al reconciliar los pensamientos o acciones en conflicto.

Tomando los ejemplo anteriores, podríamos eliminar la comida basura de nuestra dieta y empezar a comer sano, podemos excusarnos cuando no hacemos ejercicio pensando que ya lo hicimos ayer y respecto al estudio tal vez empecemos a pensar que de todas formas los buenos estudiantes no estudian el día antes del examen, sino durante todo el curso, así que ahora tendremos todo el verano para estudiar de verdad y aprender el temario, lo cual es mucho mejor que estudiar sólo para aprobar. Nuestra mente utiliza estos sistemas para eliminar la disonancia continuamente pero nosotros normalmente ni nos damos cuenta.

Muy interesante es saber como investigó este tema Festinger. En su primer estudio, él y sus compañeros de investigación estudiaron los procesos cognitivos de los seguidores de Marion Keech (cuyo nombre real era Dorothy Martin), quien decía recibir mensajes provenientes de otros mundos, en concreto de un lugar llamado planeta Clarión. Estos mensajes se suponía que anunciaban la llegada de un diluvio universal a finales del año 1956 al que sólo sobrevivirían, por supuesto, los seguidores de Keech.

Festinguer y sus colaboradores previeron que cuando el grupo viera que el mundo no terminaba en 1956, en lugar de abandonar a Keech eliminarían la disonancia cognitiva resultante reinterpretando sus creencias. Y así fue, los seguidores de Keech pasaron a pensar que ellos habían salvado el mundo con su fe y sus oraciones interestelares.

Un par de años después, Festinger realizó un experimento junto a James Carlsmith con la intención de estudiar la disonancia resultante cuando adoptamos una conducta que no coincide con nuestras creencias iniciales. Pidieron a 71 participantes que realizaran ciertas actividades, diseñadas para que les resultaran aburridas, luego les dijeron que contaran a futuros participantes que en realidad las tareas eran muy entretenidas. A cambio les pagaron o bien con 1$ o con 20$.

Siendo su creencia que las actividades eran aburridas y la conducta conflictiva mentir sobre ello, una posible solución era modificar la propia interpretación de las actividades que habían sido realizadas. Las personas que recibieron 20$ siguieron pensando que las actividades eran aburridas, simplemente mintieron a los futuros participantes. Los que recibieron 1$, debido a que esa cantidad no justificaba el engaño, sufrieron los efectos de la disonancia cognitiva y la solucionaron que adoptaron fue pasar a pensar que en realidad no eran tan aburridas como en un principio habían pensado.

Aunque fue Festinger quién inicio el estudio científico de la disonancia cognitiva, es un concepto que el ser humano conoce desde muchos años antes. Un buen ejemplo es la fábula de la zorra y las uvas, donde la zorra desprecia unas uvas, diciendo que no están maduras, tras darse cuenta de que no podrá alcanzarlas. Festinger, nos reveló los mecanismos tras la disonancia, concluyendo que no siempre es malo, a pesar de que nos mentimos a nosotros mismos. Lo realmente importante es saber si las decisiones tomadas nos hacen sentir bien y si no hacen daño a nadie (sean los demás o nosotros mismos). Por supuesto, si tras actuar de cierta forma no conseguimos reconciliarnos con nuestras acciones, deberemos determinar en que nos hemos equivocado y como podemos volver a sentirnos bien, así como tomar nota para así tomar mejores decisiones en el futuro.




lunes, 8 de junio de 2015

Psicopatología: Diferencias entre géneros en los Trastornos Depresivos

Indudablemente, la depresión es uno de los mayores males de las sociedades del siglo XXI. También es uno de los diagnósticos más habituales en el ámbito de la psicoterapia. Tanto es así, que cuando la gente oye que alguien acude a un psicólogo, lo primero que suele venirle a la cabeza suele ser la depresión.
A día de hoy, las terapias que usamos para combatir los trastornos depresivos son cada vez más eficaces, sin embargo los casos de suicidios se suceden continuamente. Gran parte del problema es que hay aspectos de las conductas suicidas que no comprendemos del todo, aunque por suerte la investigación avanza cada día.

Uno de estos aspectos es conocido con el nombre de “Paradoja de Género en la Depresión” y se refiere al hecho de que las mujeres presentan típicamente más ideaciones suicidas y aún así hay mayor número de suicidios entre los hombres.
Recordemos que normalmente, la depresión precede a los actos suicidas, aunque estos no se dan ni mucho menos en todos los casos de depresión. Las mujeres por su parte, presentan trastornos depresivos más asiduamente que los hombres, pero en cambio en su caso estos trastornos no conducen con tanta facilidad al suicidio ¿Por qué ocurre esto?

Podríamos pensar que pese a caer con más facilidad en la depresión, las mujeres resisten mejor sus efectos y no intentan cometer el acto suicida, pero esto no es cierto, pues son ellas las que piensan más veces en el suicidio y también lo intentan cometer más que los hombres. Hablamos de que un 7% de mujeres lo han intentado alguna vez, frente a un 4% de los hombres aproximadamente. Dejando de lado el inquietante hecho de que una gran cantidad de la población pasa por este trance, destaca también que la cantidad de mujeres afectadas dobla al de hombres.

Y aún así, un 75% aproximadamente de los suicidios cometidos son de hombres, no de mujeres. Y por eso decimos que existe una paradoja al respecto.
Por ahora tenemos una respuesta parcial, y los datos muestran como los hombres tiende a usar métodos más violentos para acabar con su vida, como por ejemplo armas de fuego. Estos métodos son más letales que otros típicos, como la sobredosis de pastillas, por lo que los hombres tienen peor pronóstico una vez se han decidido a cometer un acto suicida.

Lo cual nos lleva a otra pregunta ¿Por qué los hombres usan métodos distintos a las mujeres? Existen por supuesto varias teorías al respecto, una de las cuales dice simplemente que los hombres tienen un deseo más intenso y real por acabar con su vida. Otras teorías nos hablan de que los hombres son en general más impulsivos, haciendo que escojan métodos más rápidos y destructivos. Además, sabemos que ciertamente el consumo de alcohol aumenta las conductas impulsivas. Si sumamos esto a que los hombres que cometen suicidio tienen problemas con el alcohol con más asiduidad que las mujeres, parece que empezamos a encontrar un patrón.

Por supuesto, hay otras teorías al respecto, como una que nos habla del efecto de los roles de género. Puede parecer una tontería, pero las mujeres tienden a dar más importancia a su apariencia y por tanto eligen métodos que alteren su aspecto lo mínimo posible. Aún así no hay datos que confirmen del todo ninguna de las tres teorías expuestas, aunque si hablamos de roles de género, estos se van difuminando cada vez más con el paso de los años, con lo que si esta teoría fuera correcta podríamos asistir a un cambio en las citadas tendencias con el paso de los años.

Sea como sea, aún queda mucho por investigar al respecto antes de que lleguemos a una conclusión segura. En todo caso, conocer a que se deben las citadas diferencias podía ser clave para averiguar en un futuro como combatir mejor los estados depresivos que llevan a cometer estos actos.


Al respecto no puedo evitar dar un consejo, si creéis que vosotros o algún conocido necesita ayuda, no dudéis en acudir a un especialista. Precisamente, acabar con el estigma de que “si vas al psicólogo es que estás loco de atar” debe ser una prioridad si queremos frenar el efecto dañino que tienen los trastornos psicológicos entre la población.

miércoles, 3 de junio de 2015

Introducción a la Psicología II - El buen psicoterapeuta

Si en la primera entrada del blog hablé sobre que podemos encontrarnos al estudiar psicología, hoy quisiera hablar de lo que podemos encontrarnos una vez terminados esos estudios, si terminamos dedicándonos a la terapia, cosa que seguramente es la intención de casi todos los que inician estos estudios.



En primer lugar, debemos tener claro que nuestros pacientes no siempre se van a mostrar tan colaboradores como quisiéramos. A veces vendrán poco convencidos porque su familia o pareja les han empujado a ello. También es habitual que los pacientes cancelen citas por motivos aparentemente banales, o que quieran resultados rápido (y las terapias de cualquier tipo requieren de varias sesiones para funcionar).
Por todo ello, un buen psicoterapeuta va a necesitar ser paciente ante estas situaciones. Ánimo, usa alguna técnica para relajarte cuando pasen estas cosas, seguro que conoces ya unas cuantas.

Y ya que mencionamos lo de las muchas sesiones necesarias, además ya os podéis hacer a la idea de que son largas. Quizás al paciente se le hagan cortas, pero el terapeuta está trabajando, y puede estar cansado, preocupado por otros temas, pensando en el paciente anterior...
Sin embargo, aunque todos somos humanos, no debemos dejar que esto afecte a nuestra trabajo, Debemos mostrarnos receptivos a lo que nos están contando, indicando nuestro interés. No obstante, no vale sólo con asentir cada pocos segundos, ya que además debemos preguntar a nuestro interlocutor cuando tengamos dudas, para clarificar puntos, etc. La idea es que es el paciente se pueda expresar y nos cuente como se siente, pero debemos escuchar activamente.

Por supuesto, esto me lleva a la siguiente característica que necesitará el buen psicoterapeuta: capacidad de concentración. Y es que no se trata sólo de escuchar, preguntar y al terminar elaborar un diagnóstico, así nunca acabaríamos pues siempre necesitaríamos más datos para resolver nuevas dudas. En cambio, si estamos totalmente centrados en lo que nos cuentan, nuestra preguntas e intervenciones durante la conversación irán encaminadas a resolver el problema y entender la situación del paciente.

Además, todo esto resultaría inútil si no tuviéramos la capacidad de empatizar con la situación de nuestro interlocutor. Saber como se siente en su situación nos ayudará a tratarlo de la manera más adecuada, tanto a nivel personal como profesional. A este respecto, es necesario saber comunicarnos eficientemente, para transmitir lo que pretendemos y que no hayan equívocos entre nosotros y el paciente.

Tal vez, la parte más difícil sea la de tener que dejar apartados los pensamientos propios, aparcarlos para más tarde. Por mucho que tengamos asuntos personales que nos preocupen mucho y que no podamos olvidar ni un segundo, no tenemos más remedio que hacerlo y centrarnos en el paciente. Sólo cuando acabemos la sesión podremos dejar de ser terapeuta para volver a ser nosotros mismos. En todo caso, si nos ocurre algo tan importante que no nos vemos capacitados para ejercer ese día, lo mejor será aplazar la sesión para poder realizarla correctamente.

Otro punto a tener en cuenta es la sinceridad con el paciente. No podemos prometer cosas que sabemos que no podemos conseguir, ni decir que necesitamos menos ni más sesiones que las que en realidad hacen falta. Un terapeuta que miente a su cliente, ofreciéndole cosas que no puede conseguir, o alargando la terapia más de lo necesario, no es un terapeuta, sino un charlatán.
Por tanto también debemos ser conscientes de lo que podemos hacer y lo que no. Si acude a nosotros un paciente con un caso cuya problemática pertenece a una especialidad que no es la nuestra, lo más conveniente será derivarlo a algún compañero que si que esté capacitado para ello. No obstante, es interesante estar ampliando continuamente nuestra formación, ya sea para abarcar varios campos o para llegar a ser lo más eficientes posibles en uno de nuestra elección.

Y no puedo terminar sin mencionar otras características que todo buen terapetua debería poseer, al igual que cualquier trabajador que se mueva en ámbitos parecidos:

  • Organización: Llevar al día la agenda, que no se nos pase ninguna cita, aprovechar bien el tiempo.
  • Secreto profesional: Lo que sucede en la sesión, se queda en la sesión. El paciente confía en nosotros, no podemos traicionar su confianza, tal y como dice el artículo 40 de nuestro código deontológico.
  • Vocación: Dicho todo lo anterior, el mejor profesional es aquel que reúne todas estas características, y ese es el que tiene vocación, pues tendrá la motivación necesaria para cuestionarse en que puede mejorar y buscará además como hacerlo.







viernes, 29 de mayo de 2015

Introducción a la Psicología ¿Quiénes somos, dónde vamos?

Con esta entrada inauguro este blog, donde tengo intención de compartir aquellos aspectos que encuentre más interesantes en el estudio de la psicología. De hecho, es una de las disciplinas científicas que más suele llamar la atención a los estudiantes que acaban de finalizar el instituto.
Esto es debido en gran parte a que muchos de nosotros hemos tenido que ejercer de psicólogo en algún momento con los amigos o familiares. Simplemente se trata de ser empático y querer ayudar al prójimo ¿verdad?
Si y no. Es bastante más complicado que eso y muchos hubieran agradecido conocer un poco más de que va esto de la psicología antes de matricularse en la universidad. A las pruebas me remito, en primer año de licenciatura recuerdo las clases mucho más llenas que en el segundo curso. Y en el segundo más que en el tercero. Al último año sólo llegan los que realmente creen que aquello que están estudiando les servirá para algo, y ojo, porque esto se aplica a todos los estudios superiores. La motivación es el principal motor que nos impulsará hasta completar nuestra metas.
Aún así me gustaría hablar un poco de mi experiencia personal y contaros que podéis esperar una vez que os graduéis y saber de antemano si realmente os interesa o no:
  • Exámenes: Por supuesto, todos los estudios requieren evaluar a los alumnos para confirmar que han aprendido. En mi opinión no hay carrera fácil (aunque si que hay algunas que son objetivamente más difíciles), y esto es así porque si de verdad quiero aprender y ser un buen profesional, incluso ante el temario más fácil lo debería leer y analizar hasta absorber todo dato que haya en él y me pueda resultar de utilidad. Añadir que mucha gente cree que la psicología es una carrera fácil. También hay otros que creen que es "de letras". Nada más lejos de la realidad, pues os encontraréis con asignaturas tales como estadística, psicometría, neurociencia... Aún así, podéis estudiar la carrera si hicisteis un bachiller de letras, pero haceros a la idea de que tendréis que usar calculadora.
  • Clases magistrales: No pueden faltar los profesores que ya sea por negarse a actualizar sus métodos educativos, o por que no le ponen ganas a sus clases y se dedican a ellas no por vocación, es inevitable encontrarse con profesores que se limitan a dar su clase leyendo un texto o diapositivas y comentando un poco cada cosa. De todas formas, cosas similares nos van a pasar vayamos donde vayamos y estudiemos lo que estudiemos. Recomiendo en todo caso buscar nuestro propio método de estudio, por ejemplo obtener libros relacionados con la asignatura y leérselos, ya sea para tener una mejor base o para ampliar conocimientos.
  • ¿Prácticas?: Con tanto cambio de modelo de estudios no se como está ahora la cosa, pero estoy bastante seguro de que inevitablemente serán la parte más interesante de los estudios. Ojo, hablo de las prácticas de licenciatura (o grado), en las cuales eliges en que tipo de lugar quieres hacerlas y tienes tus primeras tomas de contacto con el mundo laboral real. Ya que no hay una asignatura que sea "mundo laboral del psicólogo", tomadlas como referencia de lo que os podéis encontrar al trabajar de verdad. Luego están las prácticas de asignaturas, pero esa es otra historia.
  • Libros, libros y más libros: Y no hablo de lectura ligera, que también la hay, hablo de mostrencos escritos en varios volúmenes y que aún así pesan más que sus autores. Normalmente no se obliga a nadie a leerlos, pero hay excepciones. Estos libros además suelen ser caros, pero los podemos encontrar por lo general en la biblioteca de la universidad. En todo caso, como ya he dicho, son una buena forma de asimilar los conceptos, ya sean de lectura obligada o los leamos por gusto. 
  • Apuntes: Complementando a los libros, tendremos que manejar muchos apuntes, ya sea en forma de fotocopia o tomados por nuestro puño y letra. Para salir airoso deberemos ser organizados y no traspapelar nada.
  • Hipocondría: Tanto leer sobre rasgos de personalidad, trastornos y síndromes, nos pasará más de una vez que nos preguntaremos "¿No padeceré yo esto?" Tranquilos, poco a poco os adaptareis a tanta información nueva y pasaremos a la siguiente fase, donde ya no sólo nos analizamos a nosotros, sino que pasaremos a estudiar a quienes nos rodean.
  • Psicólogo en ciernes: Pero no hay que preocuparse, estudiar psicología nos hace ver el mundo de forma distinta, pero es natural. Y lo mismo pasa con todos los estudios que podamos emprender. La psicología nos ayudará no sólo a entendernos mejor, sino que también comprenderemos cada vez más a los que nos rodean. El ser humano se ve influenciado siempre por sus procesos mentales, conscientes e inconscientes. Por tanto, verlo todo desde un punto de vista (un prisma) psicológico nos ofrece una mejor comprensión del mundo en el que vivimos.
  • Dificultades: Sin embargo, lo normal es que alguna asignatura, por su dificultad o por que no nos atrae tanto como el resto, se nos atragante. Será en esos momentos cuando deberemos echar mano de nuestra motivación. Si no estamos seguros de que lo que hacemos nos gusta, las probabilidades de fracasar aumentarán.
  • Psicólogo oficial: De la familia me refiero. Y de tus amistades. Desde el momento en que estudias psicología, seguro que la gente acude a ti para contarte sus problemas... y oye, no te quejes, justamente eso es lo queríamos al empezar estos estudios, ayudar a los demás ¿no? Con esto quiero decir, que este es un trabajo que requiere vocación.
No quiero terminar el texto sin advertir que ciertos rasgos no nos sirven para ser buen psicólogo. Por ejemplo una persona vergonzosa a la que le cueste hacer una presentación delante de clase, probablemente sufra cuando después se encuentre delante de un paciente. Tampoco nos conviene ser demasiado sensibles. Es decir, debemos tener una buena dosis de empatía para ayudar al prójimo, pero si nos dejamos afectar mucho por lo que les sucede, nos acabará pasando factura. Digamos que pasar el día viendo los problemas de la gente puede llegar a sobrepasarnos si no vamos mentalizados.
Con esto último no digo que quien sea tímido o sensible no sirva como psicólogo, pero deberá mejorar ciertas características de su persona. Y tranquilos, pues la base de muchas terapias precisamente es que siempre hay margen para mejorar.