Xátiva es conocida entre otras cosas porque durante el verano se convierte en un auténtico horno, con temperaturas altísimas. Con tanto calor es normal que queráis ir a la piscina o la playa, y más estos días en que muchos podréis disfrutar de vuestras merecidas vacaciones.
Aún así, y para aquellos que necesitéis de un psicólogo durante este mes de agosto, sabed que no cerramos. Nos podréis encontrar como siempre en c/Santa Ana 11, Xátiva (Valencia), aunque debéis acordaros de pedir cita previa ya sea por teléfono o e-mail:
Tel. 690 76 05 57 / 688 94 05 57
E-mail: cgcastells@gmail.com
Eso si, debido a la proximidad del despacho con la feria, durante los días que dure esta sí permaneceremos cerrados (del 15 al 20 de agosto). Recordad que para cualquier duda o consulta podéis utilizar los medios de comunicación mencionados.
Además, sabed que durante este mes y como celebración veraniega, disfrutaréis de un 25% de descuento en todos nuestros servicios.
sábado, 30 de julio de 2016
jueves, 21 de julio de 2016
Distintas drogas, distintos efectos
Las drogas son uno de esos temas que siempre rondan las conversaciones entre amigos, ya sea para hablar de experiencias, preguntar con curiosidad o cargar contra ellas. Por tanto se dice mucho sobre ellas y esto es paradójico teniendo en cuenta que prácticamente nadie las entiende realmente.
La realidad es que la psilocibina no solo abre puertas oculta en nuestra mente, sino que además las cierra, ya que detiene la actividad en determinadas zonas de nuestro cerebro. Eso si, al hacerlo se activan algunas conexiones en momentos en que normalmente no deberían, lo que produce los efectos anómalos como la sinestesia. Hasta aquí la parte divertida, pues cabe destacar que pese a que no se puede aseverar aún los efectos que pueden tener a nivel neurológico o psicológico permanente, si que es cierto que no son pocos los que relatan experiencias negativas al haber tomado estas sustancias. Son los llamados "malos viajes" donde el consumidor ve seres amenazantes, peligros por doquier y su mente entra en un estado de alerta intenso pues esta aumenta con la confusión al ser los estímulos recibidos totalmente caóticos, impredecibles y muy reales. Reales no en el sentido de que existan sino que al ser creados por la propia mente del consumidor difícilmente este puede distinguir la realidad de lo ficticio. Al fin y al cabo es muy complicado discutir con uno mismo.
Cada sustancia de hecho es distinta las demás e incluso las que son derivas de un mismo producto pueden tener propiedades y efectos muy diversos. Hablemos un poco de ellas, pues la información es poder.
Como el principal efecto de las drogas son los cambios en nuestra percepción y procesamiento cognitivo, es apropiado que sean estudios de IRM los que nos muestren como nos afecta cada una de ellas.
Psilocibina (alucinógenos): Esta sustancia es la responsable de la capacidad psicoactiva de muchas drogas y la podemos encontrar en más de 200 especies de hongos, conocidos muchos de ellos como "setas alucinógenas". Al encontrarse de forma natural son una de las drogas más antiguas que se conocen y por ello arrastran una larga historia al haber sido usadas por chamanes, brujos y demás. Quizás por ello las rodea una extraña mística y no son pocos los que los prueban esperando experimentar un viaje astral, la aparición de algún espíritu o ente, premoniciones o simplemente una experiencia extraña que poder contar.
Marihuana: Los archiconocidos "porros". El cannabis produce cambios importantes en el cerebro de quienes lo consumen, además de los cambios que produzca el tabaco con el que casi siempre suele ir de mano. Esta sustancia afecta a la corteza orbitofrontal, encargada de procesar las emociones, empequeñeciéndola aunque aumentando las conexiones en esta zona. Aunque esto parezca contradictorio, parece ser que el segundo efecto es un intento de nuestro cuerpo por compensar las conexiones perdidas. El consumo habitual acaba generando dependencia y aunque esta tarda más que con otros sustancias, su uso es tan habitual que poco a poco se puede ir apoderando del consumidor, afectándole a nivel psicológico y físico, pues no olvidemos que normalmente se consume fumada.
Cocaína: Derivada de las hojas de coca. Una droga muy potente y peligrosa, pues tarda apenas unos segundos en hacer efecto. Genera una sensación muy intensa de euforia y energía, al aumentar antinaturalmente la dopamina presente en nuestro sistema nervioso. Lógicamente este efecto hace que sea extremadamente adictiva, y para que nos hagamos una idea de hasta que punto esto es así, cuando se ha testado en animales de laboratorio estos dejan eligen siempre la cocaína antes que la propia comida hasta llegar al punto de morir de hambre.
Cocaína: Derivada de las hojas de coca. Una droga muy potente y peligrosa, pues tarda apenas unos segundos en hacer efecto. Genera una sensación muy intensa de euforia y energía, al aumentar antinaturalmente la dopamina presente en nuestro sistema nervioso. Lógicamente este efecto hace que sea extremadamente adictiva, y para que nos hagamos una idea de hasta que punto esto es así, cuando se ha testado en animales de laboratorio estos dejan eligen siempre la cocaína antes que la propia comida hasta llegar al punto de morir de hambre.
Además, estas sensaciones quedan registradas muy intensamente en nuestra memoria, pues las emociones son el principal factor para crear memorias duraderas (por eso recordamos mucho mejor las sensaciones que tuvimos en ciertos momentos que los detalles en otras que vivimos sin más, sin alegría o tristeza) y es por ello que el consumidor puede quedar enganchado de tal forma que solo con mencionar la sustancia le pueden entrar ganas, con lo cual los traficantes lo tienen muy fácil para venderla a un cliente que repite. Supongo que de ahí viene la frase "la primera es gratis".
Por supuesto, habría que hablar de los cambios a nivel físico que son muy importantes y graves, con lo cual peligra la vida del usuario con cada toma, sobretodo teniendo en cuenta que se suele mezclar con otras sustancias. En general, el consejo es evidente: No toméis cocaína.
Quedaría hablar de otras muchas sustancias pero prefiero dejarlas para otra entrada bien por ser tan conocidas y con tanta historia que merecen ser explicadas a parte (alcohol, heroína), bien porque son de reciente creación o poco conocidas y sería necesaria una explicación más detallada (desomorfina o krokodil).
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sábado, 9 de julio de 2016
Diferencias entre acoso escolar y ciberacoso
Parece que cada día existen más conflictos en las aulas, conflictos bastante preocupantes, y si bien sería desafortunado decir que es cierto que estos conflictos son cada vez más frecuentes, sí podemos en cambio aseverar que su forma ha ido cambiando y adaptándose a los tiempos actuales.
A nuestro sistema educativo se le supone como meta desarrollar la personalidad de los alumnos con el máximo respeto a su dignidad y es por ello que el acoso escolar (o bulllying) y el ciberacoso son fenómenos sociales que últimamente llaman mucho la atención y atraen el interés mediático.
El acoso escolar básico se basa en una forma de relacionarse abusiva, centrada en una víctima concreta. Esta víctima suele ser un niño/a cuya capacidad defensiva es limitada por uno u otro motivo, mientras que el acosador o acosadores se aprovechan de esta situación ejerciendo el abuso a nivel social, físico, psicológico y/o emocional. Aquí no hablamos de conductas de agresión aisladas sino de actos cuya intención es dañar a la víctima de una forma u otra y que se repiten a lo largo del tiempo.
A nuestro sistema educativo se le supone como meta desarrollar la personalidad de los alumnos con el máximo respeto a su dignidad y es por ello que el acoso escolar (o bulllying) y el ciberacoso son fenómenos sociales que últimamente llaman mucho la atención y atraen el interés mediático.
Por tanto tenemos como elementos centrales e identificativos del acoso la intención de daño, la repetición y el desequilibrio de fuerzas entre acosador y acosado. Lógicamente estas características se encuentran igualmente presentes en el ciberacoso, con el añadido de que este además puede efectuarse de forma anónima y publicitarse más todavía, al compartirse los actos de acoso mediante las nuevas tecnologías aumentando así el daño realizado a la víctima.
Existe un tercer grupo de intervinientes, que no son ni víctimas ni agresores, hablamos de los llamados espectadores, que se limitan a observar, conociendo los hechos sin intervenir en ellos, dejando la víctima a merced de los acosadores.
Una vez entendidas las características del fenómeno, resulta natural preguntarse como puede ser que este tipo de situaciones sucedan. ¿Qué lleva al agresor a realizar tales actos? ¿Qué razones tienen los observadores para no actuar? ¿Por qué la víctima es seleccionada como tal? Por extraño que parezca, la respuesta a tales preguntas es distinta para ambos fenómenos. Por ejemplo, la falta de ajuste entre iguales parece ser un factor de riesgo en cuanto al acoso escolar se refiere, pero no es un factor tan relevante en el caso de ciberbullying. La explicación de estas diferencias podría ser que las nuevas tecnologías de la comunicación ofrecen un anonimato que permite acciones socialmente no aceptadas sin tener que sufrir las consecuencias (o al menos esto es lo que percibe el acosador).
Otro factor importante es la percepción que se tiene del centro. Cuanto más conflictivo parezca este más probabilidad hay de que aparezcan casos de acoso tradicional (cara a cara). La falta de ajuste al contexto sería un factor de riesgo para el ciberacoso. De ello se deduce la influencia del entorno escolar para prevenir los potenciales casos de acoso en ambos sentidos.
Existe un tercer grupo de intervinientes, que no son ni víctimas ni agresores, hablamos de los llamados espectadores, que se limitan a observar, conociendo los hechos sin intervenir en ellos, dejando la víctima a merced de los acosadores.
Una vez entendidas las características del fenómeno, resulta natural preguntarse como puede ser que este tipo de situaciones sucedan. ¿Qué lleva al agresor a realizar tales actos? ¿Qué razones tienen los observadores para no actuar? ¿Por qué la víctima es seleccionada como tal? Por extraño que parezca, la respuesta a tales preguntas es distinta para ambos fenómenos. Por ejemplo, la falta de ajuste entre iguales parece ser un factor de riesgo en cuanto al acoso escolar se refiere, pero no es un factor tan relevante en el caso de ciberbullying. La explicación de estas diferencias podría ser que las nuevas tecnologías de la comunicación ofrecen un anonimato que permite acciones socialmente no aceptadas sin tener que sufrir las consecuencias (o al menos esto es lo que percibe el acosador).
Otro factor importante es la percepción que se tiene del centro. Cuanto más conflictivo parezca este más probabilidad hay de que aparezcan casos de acoso tradicional (cara a cara). La falta de ajuste al contexto sería un factor de riesgo para el ciberacoso. De ello se deduce la influencia del entorno escolar para prevenir los potenciales casos de acoso en ambos sentidos.
De todos modos, no se puede negar la influencia de las características personales, siendo por ejemplo la autoestima (o falta o exceso de ella) una característica que nos puede ayudar a predecir que un menor se convierta en víctima de acoso o en acosar. Destacar el efecto de la escasez de autoestima en cuanto a las víctimas de cyberbullying, que propicia su aislamiento y el silencio ante los abusos, lo que incremento el efecto negativos que en ellos tienen estos abusos.
Otro dato interesante, que suele sorprender a muchos cuando empiezan a formarse en este tipo de casos, es que pertenecer al sexo masculino es un factor predictivo tanto para víctimas como agresores. No obstante, en el caso del ciberacoso los chicos tienden más a ejercer el papel de acosador y no el de víctima, que se reparte más equitativamente entre ambos sexos.
Pese a lo dicho, lo cierto es que los factores contextuales parecen tener un mayor peso en general a la hora de explicar el fenómeno del acoso directo. En el ciberacoso por otra parte, las variables personales parecen ser más relevantes aunque hay que recordar que este tipo de acoso puede darse al mismo tiempo que el tradicional.
Referencias bibliográficas: http://www.psicothema.com/psicothema.asp?id=4273
Pese a lo dicho, lo cierto es que los factores contextuales parecen tener un mayor peso en general a la hora de explicar el fenómeno del acoso directo. En el ciberacoso por otra parte, las variables personales parecen ser más relevantes aunque hay que recordar que este tipo de acoso puede darse al mismo tiempo que el tradicional.
Referencias bibliográficas: http://www.psicothema.com/psicothema.asp?id=4273
Cristian García Castells
Tel. 690760557
c/ Santa Ana 11 (Xátiva)
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