Crisis, desempleo, desesperación. Esta es la cadena de eventos que ha llevado a muchos hasta llegar a la situación actual, siendo la falta de trabajo uno de los problemas que más preocupa a día de hoy a la población occidental, por supuesto incluyendo a España. Las consecuencias del desempleo son en realidad bastante evidentes, ya que sentirse dependiente no nos suele gustar demasiado. Si ya teníamos trabajo sentimos que hemos perdido una parte importante de quienes somos, mientras que si nunca hemos encontrado trabajo lo que sentimos es que no podemos alcanzar nuestras metas.
Sin embargo hace unos años esta situación no era tan común y es por ello que a nivel psicológico no se ha estudiado tanto como debiera. Aún así, los pocos estudios que podemos encontrar a este respecto nos revelan cosas tan interesantes como que la falta de trabajo acelera nuestro envejecimiento precisamente por la ansiedad y depresión que puede provocar.
Otros aspectos interesantes son los que atañen a la sexualidad del afectado, ya que nuestro nivel socioeconómico influye en ella, aunque indirectamente. Un breve resumen de cómo esto ocurre sería que la escasez económica acarrea preocupación y esto afecta a nuestras relaciones.
En general, si una cosa tenemos clara es precisamente que esta situación afecta a la salud mental de quienes la sufren, y aunque a cada uno le afectará de una forma u otra, así como con diferente intensidad, la verdad es que nos encontramos ante un grave problema que además aquellos que detentan el poder político parecen ignorar, y por tanto dirigen el país hacia una ruina emocional.
Si alguien me preguntase que le pediría a quién gane las elecciones que hoy se celebran, tan sólo diría una cosa: "Que se preocupen de verdad por toda la ciudadanía".
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